Iglesia Católica contra violencia en Chiapas
La Iglesia Católica en Chiapas ha lanzado un enérgico llamado al gobierno federal y estatal para restablecer el estado de derecho en los municipios de la Sierra, fronterizos con Guatemala. Este llamado surge ante la creciente violencia en la región, donde los enfrentamientos entre cárteles de la droga han generado un panorama de terror, desplazamientos forzados y un control absoluto sobre la población local.
La preocupación de la Iglesia se manifiesta a través de un comunicado de la Diócesis de Tapachula, en el que se expresa una profunda molestia por la situación actual y una confianza inquebrantable en la intervención divina. “Hermanos y hermanas, hijos todos de nuestra familia diocesana de Tapachula, los saludamos con preocupación y confianza plena en Dios […]”. Así comienza el comunicado que destaca el sufrimiento de las comunidades en la Foranía Sierra.
La presencia constante de cárteles disputándose el territorio ha transformado la vida en la región. Según la Diócesis, la Guardia Nacional y el Ejército Mexicano han mostrado indiferencia y complicidad aparente, permitiendo que el control de los cárteles sobre la población sea absoluto. Los habitantes enfrentan secuestros en sus propias comunidades, deben pagar “derecho de piso” a los cárteles, cumplir con turnos en retenes y soportar altos precios en los escasos suministros disponibles.
El comunicado-denuncia presentado por Jaime Calderón Calderón, obispo emérito de la Diócesis de Tapachula y arzobispo electo de León, Guanajuato, acompañado de 15 sacerdotes, criticó duramente al presidente Andrés Manuel López Obrador pues, durante los últimos días de julio de 2024, la violencia se intensificó, con mayores amenazas y coacciones para obligar a los residentes a participar como escudos humanos en los enfrentamientos entre cárteles. La situación es descrita como desesperante, con una población secuestrada en su propia tierra y sin protección efectiva de las autoridades.
La Diócesis también hace un llamado a la unidad y a la acción comunitaria para enfrentar la crisis: “Busquemos la forma de contar nuestra vida, de decir nuestra palabra.” Instan, haciendo un llamado a no quedarse en silencio y a fortalecer la unidad en las comunidades para resistir la opresión.
El comunicado concluye con una exhortación a las autoridades civiles para que intervengan y restablezcan el estado de derecho. La Iglesia hace un llamado urgente para que el gobierno cumpla su deber de proteger a la población y no deje que la indiferencia y el temor continúen prevaleciendo.
“[…] la violencia de los cárteles de la droga no nos va a vencer,” asegura la Diócesis, en un intento por ofrecer esperanzas a una comunidad que enfrenta una crisis de seguridad sin precedentes. La Iglesia Católica se presenta como un bastión de apoyo en medio del sufrimiento, pidiendo a todos que se unan en la construcción de un futuro más justo y seguro para la región.