Miembros del Colectivo “Buscando a Nuestros Desaparecidos Córdoba-Orizaba” con sus “Muñecos Sanadores”. Foto: Noé Zavaleta.

Madres veracruzanas claman justicia: usan muñecos vestidos con ropa de desaparecidos

En las montañas de Orizaba, varias madres rellenaron con ropa de sus hijos desaparecidos unos muñecos de trapo que ahora llevan a todas las protestas y marchas. Con la ayuda de una artesana, la idea surgió como una terapia para recordar al ser querido ausente.

Tras todo hay historias intrépidas: Aracely Salcedo, quien siempre regañó a su hija Fernanda Rubí por querer tatuarse, ahora ella lleva en su piel el rostro de su hija y unpar de serpientes, en su intento por paliar el dolor de su desaparición. Laura Hernández aceptó ir envuelta en una cobija dentro de una camioneta para preguntarle al jefe de plaza de Los Zetas si tenía a su hijo o lo había matado. Eloísa Campos se vistió vulgarmente para ir a pedir trabajo de “fichera” en un bar de mala muerte, donde creía que estaba secuestrado su hijo.

Aracely Salcedo, fundadora del Colectivo “Buscando a Nuestros Desaparecidos Córdoba-Orizaba”. Foto: Noé Zavaleta.

Orizaba, Veracruz.- Aracely Salcedo Jiménez recuerda cómo le frotaba la espalda a su hija fuertemente con jabón. Fernanda Rubí Salcedo se había hecho un tatuaje temporal con aceite y la reprendió fuertemente: “Pinche chamaca rebelde”. No se imaginaría que más de diez años después, a sus 54 años, se tatuaría de forma permanente el rostro de su hija Rubí acompañada de unaofrenda de rosas, una mariposa, un coralillo y una mamba negra para conmemorar los diez años de desaparición de su hija, secuestrada por un comando armado de Los Zetas en la ciudad de Orizaba. 

Han sido diez años de búsqueda en más de cinco fosas clandestinas de la región.

Una década en la que Aracely Salcedo fundó el Colectivo “Buscando a Nuestros Desaparecidos Córdoba-Orizaba”, colectivo que tan sólo en esta región montañosa ya ha encontrado 53 cuerpos en un cementerio clandestino de Campo Grande en Ixtaczoquitlán en el periodo 2020-2022; de los Arenales en Río Blanco han extraído 23 cuerpos; en el predio Santa Ana en Atzacan, el colectivo ha logrado extraer quince cuerpos.

El gran dolor de cabeza para el gobierno federal y local son las fosas de Calería en Córdoba, en la congregación de El Porvenir, pues de ahí fueron extraídos más de 15 mil fragmentos óseos de un número indeterminado de cuerpos. Autoridades y Fiscalías no saben ni por dónde comenzar la identificación de este gran rompecabezas, pues varios cuerpos fueron incinerados.

Hoy mi mayor temor es morirme y que Rubí quede en el olvido […] ¿Quién va a buscar a mi hija si yo ya no estoy? ¿Quién seguirá exigiendo justicia por ella? Mi hija no merece quedarse para siempre en la oscuridad, o en un pozo artesano [sic]. Mi hija merece volver a casa en las condiciones que sea”. Refiere Aracely Salcedo.

Ella, Laura Hernández, Eloísa Campos, María Elena Muñoz, Verónica Alvarado, Sandra Huber y otras madres más, han acogido en esta región montañosa al proyecto de “muñecossanadores” de la artesana Ara Lefa. Consiste en elaborar muñecos de trapo con ropa de sus hijos desaparecidos para intentar paliar el dolor, platicar con ellos, visibilizar su desaparición y utilizarlos como terapia psicológica para soportar su ausencia.

En Veracruz, cifras del Registro Nacional de Personas Desaparecidas contabilizan más de 7500 desaparecidos en la última década. Este corredor montañoso industrial fue disputado durante varios años por las organizaciones delincuenciales de Los Zetas, el grupo Antrax; yrecientemente Sangre Nueva Grupo Zeta y el Cártel de Jalisco Nueva Generación. Con este mapa criminal, la trata de personas, el reclutamiento forzado de jóvenes como sicarios y la desaparición forzada de personas han sido la constante durante los últimos tres gobiernos, desde Javier Duarte, pasando por Miguel Ángel Yunes y actualmente con Cuitláhuac García Jiménez. En todos ellos, la complicidad y omisión de policías municipales, Fuerza Civil y Fiscalía General del Estado (FGE) han jugado un papel protagonista.

Miembros del Colectivo “Buscando a Nuestros Desaparecidos Córdoba-Orizaba” con sus “Muñecos Sanadores”. Foto: Noé Zavaleta.

¡Qué huevos tiene usted!

Laura Hernández Cano busca a su hijo, Cristián Orlando Pérez Hernández, desde el 20 de julio de 2014. Orlando salió a comprar una estufa en liquidación y ya no volvió. “Se lo tragó la tierra”, dice su madre. A los tres meses de búsqueda, de tanto insistir en la Fiscalía, el secretario de la Fiscalía Regional Jesús Huerta le soltó malhumorado a Laura: “Ya para qué lo buscas, ya debe estar muerto”.

Laura entró en pánico, ella en aquel entonces trabajaba en la cocina de un restaurante frecuentado por traileros y por sicarios de Los Zetas. Con el “Jesús” en la boca, le pidió de favor al jefe de “halcones” que lo llevara con el “jefe de Plaza” para preguntar por su muchacho. El jefe de halcones pasó esa misma tarde por Laura: “¡Vas a aguantar vara y en el camino no preguntes nada!” le dijo. Con la cartilla leída, la subió a una camioneta en el asiento trasero, le tapó todo el cuerpo con la cobija, le pidió no destaparse o abrir los ojosbajo cualquier circunstancia. Cuando llegaron “al punto”, Laura bajó con la cobija tapándolemedio cuerpo. Entonces salió el jefe de Plaza de Los Zetas, quien a rajatabla le soltó:

-¿Usted tiene idea de donde se vino a meter y el riesgo que corre?

-Yo sólo quiero saber si tienen secuestrado a mi muchacho. Si lo tienen o me lo mataron, sólo entréguenmelo. Tiene un tatuaje especial, como de un payaso tipo arlequín. Si usted me dice que ya me lo mataron y me quieren matar aquí, no hay problema.

-¿Así de plano? -Le inquirió el jefe de Plaza. 

-Sí, si mi hijo ya no está vivo, ya nada me importa.

-No lo tenemos -el líder delincuencial le contestó- pero por los huevos que tiene usted de venirse a meter aquí, si llegamos a saber algo de él, te avisamos. No te preocupes, nosotrossabemos a dónde vives. 

A Laura la regresaron con vida y la dejaron bajar del infierno, en la localidad de Escamela, en el municipio de Ixtaczoquitlán. Su hijo Orlando había sido policía municipal. Pero se salió de la corporación una vez que su comandante “balaceó” a un ganadero y la gente tuvo como rehenes a varios policías para hacer justicia. Después del altercado, él prefirió hacer maleta e irse a trabajar a Tijuana a una empresa de seguridad privada.

A Orlando sólo le quedaban seis días de vacaciones en Orizaba, había venido a bautizar a su hija, a quien de cariño le decía Wendoline, antes de regresar en autobús a la frontera. Ya no pudo volver a su nuevo empleo de seguridad privada de una clínica del IMSS.

Cuando Laura Hernández quiso poner la denuncia por la desaparición de su hijo, la Fiscalía la tuvo más de seis horas esperando. Había una prioridad, la hija de Francisco Amador, entonces alcalde de Ixtaczoquitlán, estaba rindiendo declaración para denunciar por robo de joyas a su empleada doméstica.

¡Meterme en la boca del lobo!

Eloísa Campos Castillo se cansó de caminar. Desde el 2 de agosto de 2014 busca a Randy Jesús Mendoza Campos, quien desapareció cuando sólo tenía 22 años. En sus ratos libres y cuando la edad aún no le pasaba factura, Eloísa caminaba sin rumbo fijo entre las callesde Ixtaczoquitlán, Orizaba, Ciudad Mendoza y Río Blanco, en búsqueda de pistas para saber el paradero de su hijo.

A Eloísa ya nada le da miedo. A través de un anónimo que le hizo llegar una sexoservidora, recibió una pista de a que su hijo lo tenían en un bar de mala muerte en una localidad cercana bajo el control de Eduardo González Barrera un líder regional de Los Zetas con la clave de Lalo, el Conta.

Ante la inacción de las autoridades, Eloísa no lo dudó, se puso “ropa vulgar”, falda corta, unlabial estridente y medias llamativas y se fue al bar a simular que buscaba trabajo. “Llegué hablando en voz alta. Si a mi hijo lo tenían contra su voluntad retenido ahí, yo quería que él me gritara¡Mamá ayúdame!… o ¡Sácame de aquí! Si eso hubiera pasado, no sé en qué riesgo lo ponía a él y en cual me ponía a mí […] Pero no pasó. Sólo salió una mujer mal encarada a decirme que no había trabajo y que me fuera. Pedí una cerveza como para estar más tiempo y tratar de encontrar algo, pero nada, fue en vano”.

Lalo, el Conta llegó borracho y drogado a una “casa de masajes” en Orizaba para contratar los servicios de una prostituta. Ya en la habitación arrojó un papel impreso con imágenes de Randy Jesús, una de esas fichas de búsqueda que se pegan en casetas telefónicas y en bardas abandonadas. Dijo entre carcajadas a la mujer que había contratado: “Sí supieran donde lo tengo”. Tras saciar sus apetitos sexuales, el Conta se retiró y dejó la ficha. La mujer de la casa de citas contactó a la familia.

Lalo, el Conta, está preso desde 2017, ha sido trasladado a varios penales y hoy se encuentra en una cárcel de Puebla pues está amenazado de muerte por sicarios del CJNG.

En dos ocasiones, Eloísa pidió a un familiar masculino fingir solicitar “un servicio” con esa misma muchacha, para sacar la mayor información y dar con el paradero de Randy Jesús. No hubo éxito.

Miembros del Colectivo “Buscando a Nuestros Desaparecidos Córdoba-Orizaba” con sus “Muñecos Sanadores”. Foto: Noé Zavaleta.

El muñeco militar

El “muñeco sanador” de Miguel Ángel García Muñoz porta una gabardina verde de las fuerzas castrense. El verdadero Miguel desapareció el 27 de agosto de 2012 a la edad de 28 años, cuando se dirigía a su primer día de clases en la Facultad de Derecho. Micky, como le decían, había sido militar tres años, luego pasó a ser policía municipal durante cinco años.Desertó del Ejército Mexicano luego de una emboscada a varios de sus compañeros –incluido él- a manos del crimen organizado en Chiapas.

A Miguel Ángel García le gustaba escalar y aventarse de helicópteros con paracaídas en los tres años que estuvo en el Ejército. Desistió de la disciplina militar después de la emboscada y a petición de su madre. Pero salió peor, entró como policía municipal de Río Blanco en 2005, su buen desempeño lo llevó a ser en 2007 segundo comandante y luego recibió la invitación como primer comandante, pero en la Policía de Nogales.

Amaba la carrera de policía, pero también le encantaba el derecho penal”, comenta su hermana, Melissa. Sin embargo, Micky dejó la carrera policíaca a inicios de 2012 cuando el tsunami de violencia azotó en toda la región del Golfo de México y Veracruz. Los Zetas, los Antrax y Gente Nueva se disputaban la plaza. Tras la desaparición de Miguel, su madre Norma García no quiso poner denuncia pues tuvo miedo de que algo le sucediera a su otra hija y a los hijos pequeños de Miguel. Norma murió de diabetes y otras complicaciones en 2016, entonces la familia García Muñoz se atrevió a formalizar la denuncia, un año después.

La tía de Miguel García, María Elena García, quien hoy está abocada a la búsqueda, cree que su sobrino fue “levantado” por una venganza, derivado de una detención que hizo en el pasado.

Hay versiones de que lo subieron a una patrulla de la policía, sólo nos dijeron que iba muy golpeado. La señora que nos dijo, no supo decirnos si era policía municipal o estatal […] tal vez esas personas que lo llevaban lo hayan entregado al crimen organizado […] a mi sobrino se lo tragó la tierra […] hoy no sabemos a ciencia cierta qué pasó.” Expresa María Elena mientras carga el muñeco militar.

El viacrucis de Sara

Sara Huber Pacheco, cree que le queda poco tiempo de vida, tiene 73 años y desde el 3 de septiembre de 2013 busca a su nieto Ramón Antonio Ponce. “El viejito” de Sara, como ella le decía a su esposo Ramón Ponce, falleció hace tres años sin saber nada de su nieto. El joven de 18 años le decía “papá”. El muñeco sanador de Ramón Antonio fue hecho con la última playera verde que le regaló su abuelo.

Ramón Ponce estudiaba Ingeniería Mecatrónica en el CETIS de Orizaba, trabajaba también en un taller mecánico donde al parecer pintaba carros. No iba a fiestas, ni fumaba, quería romper la tradición en una familia donde la mayoría eran traileros.

Han pasado más de 9 años y no sabemos qué pasó con él. Hay versiones de conocidos que lo vieron jalonearse cuando lo subieron a la fuerza en una camioneta […] pero como tal, no sabemos qué pasó con él, se lo tragó la tierra”. Dice Sara.

Hoy en la búsqueda de Ramón Antonio participan ella, sus nietos y su hermana. La mamá de Antonio vive en Mississippi, donde trabaja para sacar adelante a la familia y desde allá elabora las fichas de búsqueda de los desaparecidos de Córdoba y Orizaba. La desesperación de la familia llegó a tal grado que ante la inacción de la Fiscalía y de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) visitaron videntes y lectores de tarot para tratar de hallar una pista sobre su paradero. Los esotéricos tenían una coincidencia: que al joven Ramón Antonio lo tenían en un cuarto oscuro, dándole de comer a cuenta gotas y que le golpeaban mucho para obligarlo a trabajar.

Mi hijo, mi muchachito, era un ángel, trabajaba. Era muy disciplinado, tenía su carita todavía de niño, pero me daba pal gasto […] a mi viejito le daba para sus cigarros. No tenía problemas […] desapareció y nos acabó la vida. Yo hoy le pido a Dios que me diga: ¿A dónde se lo llevaron? ¿Dónde me lo dejaron? Sé que en la fila de favores [pedidos] alCreador, tal vez soy la última de la lista […] pero no me quiero morir sin saber dónde me lo dejaron”.

Sólo iba a ver un clásico…

Edgar Isaías Aguirre Alvarado es un americanista de corazón. Salió de su casa en Orizaba el 18 de mayo de 2019 para acudir a un bar a ver el clásico América-Chivas. No volvió a casa. Su madre Norma Verónica Alvarado Ramos lo busca. Su pareja de aquel entonces lemarcó en la madrugada para que ya regresara. Isaías respondió que en unos minutos lo haría, después el teléfono sonó apagado. A las once de la mañana del día siguiente gente del narcotráfico pidió un rescate con palabras altisonantes. Reunieron el dinero entre toda la familia, pero el joven americanista no volvió a casa:

Juntamos el dinero, que no es fácil. Se entregó el dinero, pero mi hijo no regresó. Creíamos que solo tenían a mi hijo, pero luego supimos que eran dos jóvenes más que estaban con él, que también fueron secuestrados. Van a cumplir cuatro años de su desaparición. Lo hemos buscado en los cerros, en los montes, en hospitales y [hasta el] día de hoy no sabemos nada de él, situación que es muy desesperante. Sólo sabemos que fueron secuestrados afuera del bar”.

Norma Verónica Alvarado, madre de Edgar Isaías, narra que su hijo tenía un taller de cristales y aluminios y que cada ocho días se unía a sus amigos para jugar fútbol. Tenía una vida muy tranquila, pues ya con dos hijos, había como “sentado cabeza”. Acusa que en el bar donde fue “secuestrado” su hijo, casualmente las cámaras no servían. Hoy Verónica suele refugiarse con frecuencia en el muñeco sanador:

“[…] está hecho a base de su playera y pantalón de trabajador. Esta ropa no estaba lavada, incluso el pantalón tiene puntitos negros, porque ahí se limpiaba las manos luego de trabajarcon el aluminio. Cuando salimos, al muñequito le pongo su desodorante y con la ropa me acercó a él, pareciera que lo oliera.

Cuando llegan esas crisis de nostalgia y tristeza yo lo abrazo, lloro, platico con él. Me refugio”.

Verónica Alvarado admite que a veces se siente “loquita”, pues cuando sale a la búsqueda, deja al muñeco sanador en la sala de la casa y le platica que ojalá ese día tenga la fortuna de poder regresar con el verdadero Edgar Isaías a casa.

“Muñecos Sanadores”, realizados en conjunto con la artesana Ara Lefa. Foto: Noé Zavaleta.

El coralillo en las fosas

Aracely Salcedo admite que tras once años de búsqueda de Fernanda Rubí ya no tiene las mismas fuerzas de antes, los desgastes emocional y físico –la salud entre ellos- le ha pegado mucho:

Nos estamos muriendo en vida y no sabemos nada de nuestros hijos […] Uno como buscador quisiera tener más horas, más días. Más puntos positivos a donde ir a buscar a nuestros hijos. El problema es que los desaparecidos no disminuyen, cada día vemos más caras nuevas, madres y hermanos que antes no marchaban y que ahora lo hacen porque tienen a un hijo o un hermano desaparecido”.

La madre de Fernanda Rubí se hizo famosa por encarar en pleno Orizaba a Javier Duarte por la desaparición de su hija. Posteriormente, Aracely y otras madres buscadoras fueron la primera visita que recibió Duarte en la prisión de Matamoros, cuando fue detenido en Guatemala. Ya con los demás gobiernos, de Yunes y Cuitláhuac García, Aracely también ha encabezado protestas.

En México, en esta región veracruzana, es común que la realidad supere la ficción. Como sise tratase de una película de terror, en el caso de Campo Grande en Ixtaczoquitlán, de los 53 cuerpos extraídos, 18 han sido identificados. Estos restos humanos fueron sacados de la tierra por buscadores y forenses de la Fiscalía completamente “desarticulados”. No desmembrados, que algo muy distinto.

Explica Salcedo que los victimarios contrataron a un especialista para hacer cortes muyfinos y calculados de las personas que enterraron en dicha fosa clandestina. Este especialista cortaba brazos, cabeza, piernas, torso y otras extremidades con destreza, como se diseccionan las partes de una res. Esa brutalidad que en su momento imprimieron Los Zetas y Ántrax, hoy la han replicado los del CJNG.

En Campo Grande se tuvieron que suspender las búsquedas, no por una certeza de que no hay cuerpos, ni tampoco por desidia del Colectivo, sino por las intimidaciones, el halconeo y los mensajes velados del nuevo grupo delincuencial que hoy tiene el control de la zona.

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